Esta pieza de la década de 1920, que ha sido restaurada por relojeros expertos, se encontraba en origen en el despacho del jefe de estación y, mediante una transmisión rígida, ajustaba la hora del reloj de cuña de andén. Forma parte de la exposición permanente de la Sala de Relojes del Museo.
Recientemente se ha restaurado el reloj-patrón Girod y Fontanez conservado en el Museo del Ferrocarril de Madrid y ya vuelve a estar en exposición en la Sala de Relojes.
Este reloj-patrón de la casa mayorista relojera ubicada en Madrid a finales del siglo XIX forma parte de la exposición permanente del Museo desde hace décadas y, aunque tiene un mantenimiento periódico, el paso del tiempo ha provocado el desgaste y la aparición de defectos en algunas de sus piezas.
Las operaciones de restauración han consistido en el desmontaje, limpieza y pulido de la maquinaria, rectificado de pivotes de los piñones y de las ruedas, realizando centros nuevos en cada piñón. Además, se ha fabricado y colocado una nueva suspensión, tras lo cual el reloj ha sido sometido a una observación y afinado para su posterior montaje en el Museo.
El encargo ha corrido a cargo de la madrileña Relojería Losada, bajo la experta experiencia y profesionalidad de Jesús López Terradas, quien realiza habitualmente el mantenimiento de las colecciones de relojería de la Fundación, ubicadas tanto en el Palacio de Fernán Núñez como en el Museo de Madrid.
El reloj-patrón normalmente estaba en el despacho del jefe de estación y estaba comunicado por una transmisión rígida con el reloj de cuña de andén. Esta transmisión atravesaba la pared y accionaba las agujas del reloj de andén, que carecía de maquinaria propia, era un reloj receptor. Así, el jefe de estación podía variar la hora del reloj-patrón y, por tanto, del reloj de andén.
El Observatorio Astronómico de Madrid enviaba la señal horaria a las estaciones de cabecera de las líneas ferroviarias y desde las mismas, vía telegráfica o telefónica, se iniciaba la operación de “pasar la hora”. En cada estación el jefe de estación ajustaba el reloj patrón que estaba en el interior de su oficina y anotaba la diferencia en un registro.
Más información: Sala de Relojes del Museo del Ferrocarril de Madrid