Premios del Tren 2021: Presentación - Fundación de los Ferrocarriles Españoles
Premios del Tren 2021

 


Premios del Tren de Poesía y Cuento 2021

Raquel Sánchez Jiménez
Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana


El reloj de la estación de Astapovo lleva parado desde hace 111 años. Su jefe de estación, Iván Ivanovitch Osoling, detuvo las manecillas a las 6.05 horas del 20 de octubre de 1910 para recordar la hora en la que, en una habitación de su casa, moría Leon Tolstoi, el autor de Guerra y Paz, el escritor que hizo suicidarse a Ana Karenina arrojándose a las vías de un tren, el mismo que había emprendido unos días antes un febril viaje en un vagón de tercera hacia el Cáucaso. Aquel episodio, aquella “huida hacia Dios”, fue recreada por Stefan Zweig a modo de obra de teatro en uno de sus Momentos estelares de la Humanidad.

El tren no solo cruza países. Atraviesa la vida de los escritores y de sus criaturas y ha vertebrado las mejores páginas de la literatura española y mundial. En el interior de un ferrocarril descarrilaron los personajes de La Bestia Humana de Zola, Agatha Christie obligó a Poirot a esclarecer el Asesinato en el Orient Express, Paul Theroux nos hizo recorrer ciudades y continentes en El gran bazar del ferrocarril y en Tren fantasma a la Estrella de Oriente, Ethel Lina White hizo desaparecer a su dama, la señorita Froy, y el propio Tolstoi convirtió sus vagones en la prisión rodante de Resurrección.

La fascinación por el ferrocarril atrapó a Dickens y fue para el Galdós de Doña Perfecta o Rosalía símbolo del progreso o la sala de interrogatorios en la que Jacinta, en pleno viaje de novios, quiso esclarecer el pasado amoroso de su marido. En trenes como el de Pancorbo a Burgos o el de Burgos a Valladolid dató Unamuno alguno de sus poemas, pero también -Ay, mi Castilla, junto al tren que pasa…-, fue el instrumento de su recorrido lírico por la meseta. Sus olores, sus negros penachos de humo y sus bufidos salpicaron algunas de las novelas de Delibes. Y una vieja estación, como la de Atocha en los años 50, dio sentido y tensión al Beltenebros de Antonio Muñoz Molina.

Los Premios del Tren Antonio Machado de Poesía y Cuento continúan con esta tradición literaria que usa el tren en sus tramas para transportarnos a otras épocas, a otros lugares, al alma de sus protagonistas o al corazón mismo de las tinieblas. Recogen el testigo del Premio de Narraciones Breves Antonio Machado que Renfe instauró en 1977.

A lo largo de su historia, más de 40.000 creadores han concurrido a este certamen, que se ha convertido en indiscutible referencia del panorama literario español. Ha sido parada obligada para figuras de nuestras letras como Ana María Matute, Eduardo Mendicutti, Francisco Umbral, Vicente Molina Fox, Felipe Benítez Reyes o Jesús Torbado; de grandes poetas como Raquel Lanseros, Benjamín Prados o Antonio Lucas; y hasta de cineastas como Fernando León de Aranoa.

A la edición de este año se han presentado más de 800 trabajos de enorme calidad. Las obras de los ganadores de los primeros y segundos premios y de los finalistas de ambas categorías componen este volumen que usted, lector, tiene entre sus manos. Es probable que alguno de ellos ingrese en la nómina de sus autores preferidos.

Si quiere encontrar el maridaje perfecto, mi consejo es que lea este libro en un tren, artífice de tantas cosas, entre ellas del desarrollo de una cultura europea, de un acervo común que el ferrocarril impulsó acortando la distancias entre las grandes ciudades del continente. El movimiento del tren fue también el que que inspiró a Einstein para dar forma a su teoría de la relatividad. Deje que estas páginas hagan relativa la distancia y, sobre todo, el tiempo.
 

Raquel Sánchez Jiménez
Ministra de Trasportes, Movilidad y Agenda Urbana