La aparición de los trenes sanitarios va ligada a la guerra y se remonta a mediados del siglo XIX. El ferrocarril se encargó de la distribución de tropas, suministros y armamento, pero también del traslado y la atención de heridos del frente e incluso de la evacuación de la población civil en las zonas ocupadas.
En España las compañías ferroviarias privadas y posteriormente RENFE contaron con algunos vehículos de esta clase, trenes ambulancia y coches hospital que asistían in situ a los agentes y viajeros lesionados, y acto seguido los trasladaban a los centros hospitalarios. También incorporaron a su parque de material dispensarios móviles para los trabajadores del ferrocarril. Con la colaboración de Raquel Letón, jefa de Conservación del Museo del Ferrocarril de Madrid.