Como el mercado es implacable, a veces da la
sensación de estar predicando en el desierto, pero
nuestra vigencia es la mejor prueba de que seguimos
y seguiremos existiendo y no cejaremos en el
intento. La poesía y el cuento aislados,
individuales y solitarios, siguen siendo los dos
géneros más desheredados del mercado, con la
agravante de que los premios se multiplican y se
confunden sin parar. Para eso estamos aquí, para
fijar, aclarar y publicar los textos para siempre.
La mayor novedad que se ha registrado en la cuarta
convocatoria de estos consolidados premios, que como
ya se sabe también son muy antiguos, pues han
heredado - duplicándolo- a su anterior precedente el
premio "Antonio Machado" de relatos que fue testigo
fiel durante un cuarto de siglo de la evolución del
cuento español, ha sido la mejora de calidad entre
ambos premios, el de poemas y el de cuentos, pues
tanto sus bases (se dirigen a premiar un poema y un
cuento solamente) como sus categorías (dos primeros
premios, dos segundos y cuatro accésits para cada
género) han permitido este año observar una mejora
en su calidad, aunque haya descendido muy
ligeramente la cuantía de la participación: pues la
presentación de 972 cuentos de 834 autores (815 en
castellano, 17 en catalán y 2 en gallego) y 563
poemas de 422 autores (553 en castellano, 7 en
catalán y 3 en gallego), obras procedentes de 31
países, constituyen un nivel de participación
considerable, que lo configuran como uno de los
concursos más importantes de la península en ambos
géneros.
El jurado de preselección, coordinado por quien
firma estas líneas -asesorado en poesía por D. Jesús
García Sánchez, editor de "Visor"- se enfrentó a
este ingente material, eligiendo seis finalistas de
cada género- entre los cuales, un jurado definitivo,
compuesto por los dos miembros "natos" citados, más
los dos premiados el año anterior, el poeta Benjamín
Prado, y el narrado (y también poeta) Vicente
Gallego, más las siguientes personas (D. Tomás
Cavanna Benet, D. Manuel Núñez Encabo, D. Juan
Miguel Sánchez García, D. Pedro Miguel López
Hernández), y D. Juan Altares Lucendo, que actuó
como secretario, con voz pero sin voto, decidió los
premios finales, en una reunión que tuvo lugar en la
sede de la Fundación , el 24 de noviembre de 2005,
mientras que la proclamación oficial y entrega de
premios se celebró el lunes 28. Sin duda, este leve
retraso causó, sin embargo, una menor afluencia de
gente en la entrega de los premios, que se celebró
como en años anteriores, en la sede de la Fundación
, en el espléndido palacio madrileño de Fernán
Núñez, cuyos salones estaban sin embargo
abarrotados, que fue presidida por la Presidenta de
la Comisión de Gobierno de la Fundación , doña
Natalia Garzón, así como don Luis de Santiago, vocal
del Patronato y por doña Marina Castaño, Presidenta
de la Fundación Camilo José Cela, entidad que como
sabemos colabora estrechamente en la organización de
estos premios. En el acto intervinieron también don
Benjamín Prado, que leyó el poema ganador del año
anterior, y el secretario del Jurado, don Juan
Altares Lucendo, que leyó el acta del mismo con los
resultados, cerrando el acto doña Natalia Garzón.
Pero vamos de una vez con los premios, que es la
información principal que debo dar en esta líneas:
el primer premio de poesía "Antonio Machado" 2005
fue para el poeta Javier Lorenzo Candel (Albacete,
1967) que presentó bajo el seudónimo de "Michón" el
poema titulado "La tierra que persigue", un modelo
de poesía del conocimiento (que obtuvo 15.000
euros); Javier Lorenzo Candel fue premio de poesía
"Fray Luis de León" anteriormente por el libro
"Juegos de construcción" (2004) y ha publicado
varias separatas y un libro de ensayos; se impuso
por mayoría a otro texto de la misma tendencia,
"Recorrido Interior" (premio 5.000 euros) de Lorenzo
Oliván (Castro Urdiales, Cantabria, 1968), que tras
cursar estudios en Oviedo, reside en Zaragoza, es
autor de otros libros, entre los que destacan,
"Puntos de fuga" (2001, premio "Loewe") y "Libro de
los elementos" (2004, premio "Generación del 27" ).
Fueron proclamados cuatro "accésits" de 500 euros
concedidos a los poemas "Estrofas del tren", de
Martín López-Vega (Madrid), "Muslo de miel, alma de
piel", de Julián Montesinos (Elche, Alicante), "La
insomne", de Jesús Aguado (Madrid) y los "Trenes
náufragos", de Luis Bagué Quílez (Muchamiel,
Alicante).
Los resultados del premio "Camilo José Cela" 2005,
confirmaron el incremento de calidad observado en el
de poesía. El primer premio fue concedido al
espléndido relato "La biblioteca férrea" (15.000
euros), del escritor bilbaíno José Fernández de la
Sota (1960), autor de siete libros de poemas, tres
libros de relatos y una novela y premio "Euskadi" en
1998, una emocionada evocación de la figura de su
padre, agonizante, que al ser interventor de un
tren, recogía en su cartera lo que olvidaban los
viajeros - libros, alimentos- que configuraron así
su pequeña y heterodoxa biblioteca de lecturas
juveniles. El segundo premio fue para el escritor y
músico Leonel Pérez Pérez (Puerto Padre, Cuba,
1966), que con "El concierto o tribulaciones de un
tren hacia La Habana " obtuvo los 5.000 euros del
galardón, con un relato divertidísimo, en estilo
típicamente cubano, no exento de una leve crítica
hacia la administración ferroviaria del país -aunque
no haya gotas de política- repleto de humor e
ironía, sobre las desventuras de un viaje de regreso
en tren a la capital que se prolonga demasiado, pero
donde la música y las actuaciones de la pareja
protagonista triunfan sobre todas las adversidades.
Como final, debo dejar constancia de los cuatro
"accésits" concedidos a los siguientes textos y
autores, de 500 euros cada uno, donde asimismo se
confirmó el incremento en la calidad de los
presentados. Fueron Rubén Caba, que ya había
recibido otro similar el año anterior, que presentó
un sutil homenaje a Cervantes -autor de otras cinco
novelas y algún libro de viajes, al que perjudicó su
excesiva cultura y frialdad- cuyo cuento fue "El
rigor de las desdichas"; "El jefe de estación", de
Hernán Migoya (Ponferrada, León 1971, aunque
residente en Barcelona), buen escritor aunque quizá
demasiado provocador para el gusto del jurado;
"Cuentos del tren", de Iciar Masip (Getxo, Vizcaya,
1970) apreciado sobre todo por su naturalidad, y
"Donde los trenes se desbocan" de Laura Blanca Coton
(Buenos Aires, Argentina, 1958) autora centrada
sobre todo en el teatro. Todos ellos recogieron los
premios y "accésits" enunciados, en un ambiente de
suma cordialidad, al que espero volver, si mi salud
me lo permite la próxima vez, contra viento y marea.
Madrid, 5 de diciembre de 2005