Page 48 - Premios del Tren 2023
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acobardado. Algo le habrían hecho o esperaba que le hicieran, qué sé

                yo. Todos los que por aquí aparecen no les cabe el alma en el cuerpo.
                Será cosa del camino, de la cosa, de lo que les queda por andar, qué

                sé yo. ¿Qué sabe una del mundo? Alguien que se sienta en esa silla y

                que se le cierran los ojos. ¿Y no le notó algo más, quiero decir...? No
                le  mencionó  a  Isabelica,  a  Isabelica  Brum.  Ni  mentarla,  no  señor,

                ¿quién es esa Isabelita? No es nadie, señora, nadie a quien usted le

                importe. Bueno, no se ponga usted así... Tampoco por aquí anduvo
                ésa, como se llame, Isabelita. Señora, ella no tiene aquí nada que ver.

                Pues usted bien que la ha nombrado. Yo la he nombrado, sí, pero ella

                no  tiene  aquí  nada  que  ver,  ¿de  acuerdo?  De  acuerdo,  señor,  de
                acuerdo. Ni mentarla. Mejor, mucho mejor así. Aquí, en estas soleda-

                des todo se vuelve raro. Usted, sin ir más lejos. Mire, aquí no es que
                llegue gente todos los días. Por eso mismo se tiene que acordar de

                ese hombre. ¿Que nos acordemos de qué? Mire, ocultar información

                al Gobierno es una grave irresponsabilidad. Un delito. Ay, Santísima
                María y José, ¡no me diga que usted viene de parte del Gobierno! Sí,

                señora, yo vengo de parte del Gobierno. ¿Y, vamos a ver, nosotras
                qué le hemos hecho al Gobierno? El Gobierno que se quede donde

                está, que aquí no nos hace falta ninguna. ¿Es que aquí viene el Go-

                bierno a quitarnos el frío o a arreglarnos la cochiquera? Cuando se
                pasan  cinco  meses  sin  llover,  a  ver,  ¿dónde  está  el  Gobierno?,  ¿y

                cuando se presenta la escarcha o el pedrisco, que nos caen en lo alto

                lapos como bruños, a ver, a ver dónde está el Gobierno? Que el Go-
                bierno se las avíe solo, que nosotras aquí, bien que nos las aviamos

                sin precisar de ningún Gobierno.

                     ¡Pero señora! Nosotras qué culpita tenemos de vivir en el filo del
                mundo y de no saber decirle que no a quien viene a pedirnos una

                chispina  de  agua  y  una  migaja  de  descanso.  Pero  es  que  usted  ha
                dado cobijo a un criminal y eso con la ley en la mano se considera un





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