Page 44 - Premios del Tren 2023
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dra? ¿Qué es lo que no le cuadra, señor? Mire, usted me está ocultan-

                do algo y esto es muy grave, no sé cómo decirle.
                     ¿Nosotras? No, usted. Usted sola. En este momento aquí no hay

                nadie más que usted y que yo. Pero la Jacinta... Mire, por favor, nece-

                sito aclararme... y parece que usted quiere ocultarme algo. Se lo leo
                en la cara. ¿Lo del tren? ¿Cómo lo del tren?, explíquese. Lo de que

                llegaron los del tren y desgraciaron a mi Jacinta y desde entonces...

                De lo del tren tiene que hacer mucho tiempo. El tren lo construyeron
                hace más de cincuenta años, señora. ¿Cincuenta?, ¿cómo lo sabe us-

                ted? Mire, dejemos en paz al tren y al san tren, porque me está vol-

                viendo tarumba. Mire, vamos a ir poniendo las cosas en claro. Usted
                me ha dicho que el forastero ese estuvo aquí, que se sentó en esta

                misma silla y que bebió agüita de anís, ¿no es así? Así es, señor, y
                luego preguntó por quién cuidaba de las pilistras y dijo que los gua-

                rros andaban nerviosos y antes de irse se tomó su migajina de poleo

                y su cosa. Bien, ya vamos aclarándonos. Todo eso hizo, señor, no le
                miento. Para qué iba yo a mentirle. Y no hay nada malo en hacer eso,

                como lo está haciendo usted, ¿verdad? A ver, a ver si nos centramos,
                señora, y luego qué más hizo, haga memoria, si dijo algo, no sé, a

                dónde iba, porque nadie llega a un sitio y bebe un vaso de agua y se

                pasa  aquí  dos  horas  sentado  en  una  silla  sin  preguntar  ni  contar
                nada. Pues así fue, eso hizo. Usted me perdonará, pero no la creo.

                Válgame el señor, pero qué más podemos decirle. Pues para empezar

                dígame de dónde venía, ¿qué rumbo trajo antes de llegar aquí, con
                quién había hablado, por qué se detuvo, por qué lo dejaron entrar, de

                qué les habló? Y nosotras qué vamos a saber. Una vez que llegan, lle-

                gan, ya está. Qué más da de dónde lleguen y adonde quieran ir. Qué
                nos importan a nosotras los pleitos del mundo. El que vengan juyen-

                do o a tiro hecho no es cosa nuestra. Yo no entiendo de alcaldes ni de
                gobiernos.  Antes,  cuando  todos  venían  por  el  camino  real...  pero





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