Page 81 - Premios del Tren 2023
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instalaciones. Nadie verificaba la información que daban los mucha-

                chos y ellos se inventaban los números de la seguridad social y los
                nombres. Antes estuvo en la construcción y fue también temporero

                en la recogida del arándano en Maine. En todos los trabajos que tuvo

                los supervisores simplemente anotaban los datos en una lista a lápiz,
                pero en realidad no los cotejaban, eran contratos verbales y al final

                de la semana les pagaban en efectivo.

                     Arturo siempre trata de evitar el tema de sus orígenes, del por
                qué  y  del  cómo  había  llegado  hasta  allí.  Rosa  tampoco  preguntó

                nada personal la primera vez que se conocieron, simplemente cele-

                bró lo bien que habían jugado, especialmente él con varios regateos y
                tres  golazos.  Le  gustó  verlo  correr  tras  el  balón,  y  luego  charlaron

                brevemente durante los descansos y al finalizar. “Eres de la Madre
                Patria” le dijo Arturo cuando hablaron en español y notó el acento

                de Rosa. A ella le pareció rara la expresión, como de otra época. Se

                miraron varias veces y aunque hablaran poco, lo había estado obser-
                vando con detenimiento durante todo el juego desde la pequeña gra-

                da. Sintió curiosidad, ese hombre joven le estaba gustando y quería
                saber más de él.

                     En todo el año Rosa no había sentido nada por nadie. No tuvo

                ganas de suscribirse a ninguna aplicación de citas. Le daba mal rollo
                buscar aventuras tan lejos y no se atrevió a asomarse a ese universo

                paralelo de fotografías y chats de hombres disponibles alrededor del

                pueblo. Los hombres no estaban entre las prioridades de aquel curso,
                con dar las clases a los estudiantes adolescentes, perfeccionar el in-

                glés y adaptarse al clima y al tipo de vida ya tenía suficientes emo-

                ciones. Pero las clases habían terminado y se presentaba un largo y
                plácido verano por delante y se sentía cómoda en el lugar y el cuer-

                po le pedía un poco de alegría, como solían decir años atrás y entre







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