Page 78 - Premios del Tren 2023
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dos atravesando la oscuridad mientras las ramas lo golpean. Todavía
siente la tensión de todo su cuerpo aferrado al lomo del monstruo,
los músculos convertidos en nudos densos aguantando horas y días
despierto porque una simple cabezada, un breve sueño, te puede
descuartizar.
Arturo, cuando se despierta asustado en medio de la noche y
nota el vértigo punzado en el estómago, se abraza a Rosa. Ella duer-
me profundamente, su respiración es tranquila, el ritmo de su cora-
zón bombea al compás del aire suave que entra y sale por su nariz
mientras recorre los pulmones. El oxígeno y la penumbra alimentan
su descanso dando suavidad a su gesto dormido. Arturo la mira y
siente envidia sana. Qué suerte tiene Rosa, qué bien duerme. Le tran-
quiliza verla reposar y escuchar su exhalación rítmica sin que nada
la altere. Él abre bien los ojos, trata de despertar para quedarse en el
instante del abrazo a Rosa, pero el duermevela se los vuelve a cerrar
y el cansancio lo lleva de regreso a las imágenes de la Bestia. Sabe
que es un sueño en forma de pesadilla arrastrándolo a otro tiempo
vivido. A la ansiedad de un viaje del que no todos salieron, y él por
las noches siente que cumple una condena, que sigue agarrado al
monstruo, al zarandeo intenso, al silbido constante, a las voces que
gritan y al mareo.
En el apartamento de Rosa encuentra cobijo, lo que vivió se difu-
mina cuando se despierta y la observa. La luz tenue de las noches de
verano que no terminan de oscurecer el cielo da forma a los objetos
de la habitación. Puede verlo todo, una mesita auxiliar, una lámpara,
un pequeño sillón lleno de ropa, una cómoda con cuatro cajones an-
chos y unas cortinas de un gris traslúcido que no tapan la luz cuan-
do amanece. En su trailer solo hay literas y hace calor porque son
seis hombres roncando al mismo tiempo. Todo es muy precario, ellos
tienen una nevera con un fregadero y un retrete de plástico en la par-
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