Page 64 - Premios del Tren 2023
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no estaba y, él, estaba a años luz del cóctel de bienvenida. Obviamen-
te, la directiva estaría siendo convenientemente peloteada, mientras
los chupatintas estarían palmeando las espaldas oportunas. El ines-
perado suceso le había dejado sin reflejos. Inmediatamente, se puso a
maquinar. Puesto que Basilio no volvería, nadie mejor que él para
ocupar la vacante. Siendo subdelegado, había llegado la hora de as-
cender a Delegado Jefe de la Zona Centro. Fijo que Miguel Ortiz, no
dejaría pasar la ocasión de intrigar en su contra e intentar usurparle
ese sillón en el que, tantas veces, se imaginó repantingado. Con las
ganas que tiene de vivir en Madrid, ¡el muy trepa!
Comenzó a trazar su plan. Al llegar, se tomaría un expreso doble
como primera medida. Acaso una de esas jugosas empanaditas re-
cién hechas que elaboran en la panadería de la estación. Taxi hasta el
hotel. Ducha estimulante, afeitado perfecto y vestuario impecable.
Antes de las nueve bajaría a la sala de reuniones dispuesto a dar
guerra. Llegaba un día después, cierto, pero con el proyecto ganador
en la recámara.
Puso al mínimo la calefacción e intentó convertirse en un autó-
mata pulsa-teclas. Nada mejor que inmiscuirse de pleno en el trabajo
para no pensar. Puesto que debía defender la campaña en solitario,
un último repaso le aportaría confianza. Sin embargo, no pudo cen-
trarse en la pantalla ni un minuto seguido, incluso estuvo a punto de
cargarse parte del proyecto más importante de su carrera y, si me
apuras, de su vida.
¡Aquella maldita imagen! No comprendía cómo, sin apenas darse
cuenta, el miedo se le había infiltrado en el cuerpo, de a poquito,
como un pausado veneno.
Le asaltaron unas ganas locas de encender un cigarrillo, de
humear con deleite. De dar una intensa calada que consumiera me-
dio cigarro de una bocanada. Fumar... pese al cartel de prohibido fu-
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