Page 254 - I Concurso literario Miguel delibes
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Volvió en el tren un poco triste por lo poco que había visto a Ayla, pero
con algo en lo que creer, algo que le diese un motivo para seguir creyendo…
De repente un niño le interrumpió, ni se acordaba de que los niños siguiesen
allí.
El niño, ansioso le dijo: ‘¿Y volvió?’
Kin le respondió con una sonrisa amistosa y le dijo: ‘Tú sólo sigue creyendo
en lo que más deseas…’
Entonces el niño le respondió: ‘¿Nunca volvió, no?’
En ese momento se escuchó un toc… toc… en la puerta.
Kin pensó que sería un vendedor y abrió la puerta con pesadez.
Pero en la puerta no había ningún vendedor, había una cara conocida… una
cara amiga… Y le dijo: ‘Tú sólo cree’.
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