Page 253 - I Concurso literario Miguel delibes
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1 Certamen
Literatura Infantil
Miguel Delibes
Pasados unos días, justo cuando se decidió a seguir la senda de muerte Se sentó en un asiento en el que había una ventana y contempló el paisaje
guiada por su gemelo Lei, llamaron a la puerta. durante el viaje, que fue muy raro para él por la sensación de velocidad.
Era el responsable de las cartas en el poblado. Le entregó un sobre muy Hicieron varias paradas en otros lugares, pero ninguna era la ciudad.
raro y se fue con urgencia. En él ponía: ‘De Ayla’.
Después de cuatro horas muy largas e interminables, llegaron a la ciudad.
Kin lo abrió muy rápido, y dentro encontró una carta con un papel peculiar. Nada más bajar de la locomotora, se quedó paralizado al descubrir que todo
Ponía en letra casi ilegible y rápida: Rápido, ven a la ciudad Kin, no te era gigante, impresionante comparado al poblado.
desesperes.
Él, muy sobrecogido por todo esto y la cantidad de gente que había, se
Kin cogió los últimos ahorros que le quedaban y se dirigió a la locomotora sintió fuera de lugar.
donde tanto había soñado viajar.
Pero decidió dejar este sentimiento de lado y buscar a Ayla. Después de un
Llegó muy apurado y compró un tique para ir a la ciudad más próxima. rato buscando en la ciudad, encontró una cara conocida por la calle mirando
La locomotora llegó soltando mucho vapor y sonido. Muy familiar para Kin, a todos lados.
pero todo visto desde otra perspectiva.
Sus miradas se juntaron, y supieron que el uno se había encontrado al otro.
Entró en el tren y en él había algunas personas ricas que había visto alguna Ayla se dirigió a él corriendo y le dijo: ‘Kin no te puedo explicar nada, pero
vez en el poblado, y también unas pocas eran totalmente desconocidas para tú sigue levantando el poblado, que siga vivo. Yo volveré, sigue creyendo…’
él. Y desapareció en la multitud antes de que a Kin le diese tiempo a articular
ninguna palabra.
Saludó al entrar pero nadie le respondió y todos le miraron como si
fuese inferior a ellos, una sensación muy diferente a la que Kin estaba Después de un rato pensando, desesperado, se dio cuenta de que no le
acostumbrado. quedaba nada ni nadie y decidió hacerle caso.
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