Page 258 - I Concurso literario Miguel delibes
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1   Certamen


              Literatura  Infantil


                Miguel Delibes












                              Nos acomodamos y elegimos literas. Como era hora de cenar, decidimos ir                                                                                                                                                                      Ya empezábamos a preocuparnos, pero lo que realmente nos puso los pelos


                              al vagón cafetería para comer algo. Mientras estábamos allí, el tren llegó a                                                                                                                                                                 de punta es que al regresar  a mi compartimento  también Mario  había


                              la siguiente estación y vimos subir a bastante gente.                                                                                                                                                                                        desaparecido.





                              Al volver a nuestro compartimento descubrimos que las otras dos literas                                                                                                                                                                      Al principio pensamos que la desaparición de Álvaro podía ser una broma


                              habían sido ocupadas por chicos que también se dirigían al campeonato de                                                                                                                                                                     pero al perder también a Mario nos dimos cuenta que esto era algo serio.


                              matemáticas.                                                                                                                                                                                                                                 Muy nerviosos decidimos acudir a nuestros profesores, Federico y Clementina,


                                                                                                                                                                                                                                                                           que nos acompañaban en este viaje.

                              Estuvimos charlando un rato y se hizo la hora de acostarnos. Yo decidí salir a


                              buscar un servicio y dejé a Álvaro y a los otros dos chicos metiéndose en sus camas.                                                                                                                                                         Ellos se pusieron en contacto con el revisor y le contaron lo que había sucedido.






                              Como me costó encontrarlo, tardé un ratito en volver y al abrir la puerta                                                                                                                                                                    La búsqueda era muy complicada pues el tren estaba lleno de chavales que


                              de nuestro compartimento vi que los chavales ya estaban dormidos y la                                                                                                                                                                        habían ido subiendo en las distintas paradas y que también se dirigían al

                              litera de Álvaro estaba vacía. Imaginé que se había acercado a charlar un                                                                                                                                                                    campeonato de matemáticas.


                              rato con nuestros amigos y pensé en esperarle. Pasó un buen rato y como


                              no volvía, fui a buscarle. Cuando pregunté a Jaime y a los demás por él me                                                                                                                                                                   El revisor avisó por megafonía de la desaparición de dos chicos, pidiéndoles


                              dijeron que no estaba con ellos.                                                                                                                                                                                                             que acudieran a la cafetería si oían este mensaje y solicitando la ayuda de

                                                                                                                                                                                                                                                                           los demás pasajeros del tren. Esperamos media hora pero fue en vano.


                              Entre todos decidimos recorrer el tren buscándole, Mario pensó que era


                              buena idea que él se  quedara  en mi compartimento  por si  acaso  Álvaro                                                                                                                                                                    Cuando ya estábamos desesperados y pensando en llamar a la policía, el


                              volvía.                                                                                                                                                                                                                                      maquinista  le informó  al revisor  que había  recibido  una llamada  desde


                                                                                                                                                                                                                                                                           la última estación  en la que habíamos  parado comunicándole  que había

                              Fuimos de una punta a otra del tren mirando en la cafetería, los baños y                                                                                                                                                                     aparecido dormido en un banco un chico de unos 12 años. Cuando consiguieron


                              todos los recovecos que encontramos. Tardamos cerca de una hora pero ni                                                                                                                                                                      despertarle, les dijo que se llamaba Mario, que iba en el tren Miguel Delibes


                              rastro de nuestro amigo.                                                                                                                                                                                                                     con sus amigos y que no sabía cómo había llegado hasta allí.







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