Page 252 - I Concurso literario Miguel delibes
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1   Certamen


              Literatura  Infantil


                Miguel Delibes












                              Pasados  unos días,  justo cuando se decidió a seguir la senda de muerte                                                                                                                                                                     Se sentó en un asiento en el que había una ventana y contempló el paisaje


                              guiada por su gemelo Lei, llamaron a la puerta.                                                                                                                                                                                              durante el viaje, que fue muy raro para él por la sensación de velocidad.






                              Era el responsable de las cartas en el poblado. Le entregó un sobre muy                                                                                                                                                                      Hicieron varias paradas en otros lugares, pero ninguna era la ciudad.

                              raro y se fue con urgencia. En él ponía: ‘De Ayla’.


                                                                                                                                                                                                                                                                           Después de cuatro horas muy largas e interminables, llegaron a la ciudad.


                              Kin lo abrió muy rápido, y dentro encontró una carta con un papel peculiar.                                                                                                                                                                  Nada más bajar de la locomotora, se quedó paralizado al descubrir que todo


                              Ponía en letra casi ilegible y rápida: Rápido, ven a la ciudad Kin, no te                                                                                                                                                                    era gigante, impresionante comparado al poblado.

                              desesperes.


                                                                                                                                                                                                                                                                           Él, muy sobrecogido por todo esto y la cantidad de gente que había, se


                              Kin cogió los últimos ahorros que le quedaban y se dirigió a la locomotora                                                                                                                                                                   sintió fuera de lugar.


                              donde tanto había soñado viajar.


                                                                                                                                                                                                                                                                           Pero decidió dejar este sentimiento de lado y buscar a Ayla. Después de un

                              Llegó muy apurado y compró un tique para ir a la ciudad más próxima.                                                                                                                                                                         rato buscando en la ciudad, encontró una cara conocida por la calle mirando


                              La locomotora llegó soltando mucho vapor y sonido. Muy familiar para Kin,                                                                                                                                                                    a todos lados.


                              pero todo visto desde otra perspectiva.


                                                                                                                                                                                                                                                                           Sus miradas se juntaron, y supieron que el uno se había encontrado al otro.

                              Entró en el tren y en él había algunas personas ricas que había visto alguna                                                                                                                                                                 Ayla se dirigió a él corriendo y le dijo: ‘Kin no te puedo explicar nada, pero


                              vez en el poblado, y también unas pocas eran totalmente desconocidas para                                                                                                                                                                    tú sigue levantando el poblado, que siga vivo. Yo volveré, sigue creyendo…’


                              él.                                                                                                                                                                                                                                          Y desapareció en la multitud antes de que a Kin le diese tiempo a articular


                                                                                                                                                                                                                                                                           ninguna palabra.


                              Saludó al entrar pero  nadie le respondió y todos  le miraron como si

                              fuese inferior a ellos,  una sensación  muy diferente a la que Kin  estaba                                                                                                                                                                   Después  de  un  rato pensando,  desesperado, se dio cuenta  de  que  no  le


                              acostumbrado.                                                                                                                                                                                                                                quedaba nada ni nadie y decidió hacerle caso.











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