Page 243 - I Concurso literario Miguel delibes
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1 Certamen
Literatura Infantil
Miguel Delibes
Mis padres decidieron relajar su vista y cerraron los ojos. Yo aproveché para Cuando regresábamos a nuestros asientos, mi hermano se despertó y corriendo
mirar un rato mi móvil. Estaba tan concentrada en un tiktok que no vi a hacia donde yo estaba, me preguntó: ‘¿qué haces? ¿quiénes son estos?’ Mi
un grupo de niños que se acercaban a mí. ‘Hola, te estamos viendo un poco hermano acababa de cumplir los 8 años y yo sabía lo insistente que podía
aburrida. ¿Te apetece venir con nosotros? Estamos intentando resolver un llegar a ser, así que le contamos la historia y nuestras sospechas.
enigma que nos tiene bastante preocupados y quizás tú puedas ayudarnos’
me dijeron. Con cuidado le di a mi madre en el hombro y la hice un gesto Mateo, viendo lo delgadísimo que era mi hermano Hugo, propuso que podría
para indicarla que me iba a sentar unos metros más atrás para estar con acercarse por debajo del asiento de la señora e intentar abrir la maleta.
ellos. En el grupo había tres niñas: Alma, Noa y Ángela y dos niños llamados Alma, que llevaba horquillas en la cabeza, se quitó dos de ellas y le dijo:
Pablo y Mateo. Rápido me pusieron al corriente, la mujer que había siete “Hugo, úsalas para intentar abrir los candados una vez consigas acceder a
filas más adelante tenía una actitud muy rara y llevaba una maleta que la maleta”. ‘Perfecto’, contestó mi hermano con un gesto en la cara que
protegía entre sus piernas y que tenía cerrada con dos candados. Decidí bien podría parecerse al de un superhéroe tras salvar a una población entera.
acercarme al servicio y hacer como si me tropezaba para caer encima de la
bolsa no tan accidentalmente y que mis nuevos amigos pudieran sacar alguna Vigilábamos todos cada paso que daba con mucha atención. Consiguió meterse
conclusión sobre su reacción. Al tropezarme, la señora se levantó corriendo debajo del asiento de la señora sin que ella se diera cuenta de nada. Cuál fue
para sujetarme y preguntarme si me encontraba bien. Dejó la maleta encima nuestra sorpresa cuando, de repente, sacó un brazo de debajo del asiento con
del asiento, momento que aprovecharon mis amigos para intentar cogerla. uno de los candados en su mano. Había conseguido abrir uno de ellos. Mientras
Pero pesaba tanto que les resultó imposible y tuvieron que retroceder todos estábamos celebrando la media victoria de nuestro objetivo, el tren
porque a mí ya se me acababan las palabras para entretenerla. comenzó a frenar y echamos la vista a las ventanas para ver qué pasaba.
A todos nos pareció curiosa la reacción de la mujer, creíamos que se comportaría Nos informaron de que habíamos llegado a Ciudad Real. Cuando nos volvimos
de malas formas y me reñiría, pero no había sido así. Como no teníamos a colocar en nuestros asientos para seguir con el misterio, la mujer había
más recursos, decidimos acercarnos a ella y preguntarla directamente por lo desaparecido. Noa, que estaba al lado de la ventana, miró a través de ella
que llevaba en su maleta. Entonces sí, nos contestó de forma desagradable, y vio cómo la mujer y su maleta se alejaban por el andén mientras nuestro
diciéndonos que no era asunto nuestro. tren había reanudado su marcha. Nos acercamos al asiento que había
ocupado la señora durante todo el trayecto para sacar a mi hermano de
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