Page 195 - I Concurso literario Miguel delibes
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1   Certamen


 Literatura  Infantil


 Miguel Delibes












 Después de unos minutos el tren inició la marcha. Al principio, no me sentía   - Vale, ¿Quieres ser mi amigo? – me preguntó con una sonrisa.


 mal, pero a medida que nos alejábamos estaba peor. Tenía una profunda


 sensación de tristeza.    - Por supuesto que sí Fedor, me encantaría.





 Una hora después, decidí ir a investigar para entretenerme  un  poco y   Y así es como hice un amigo en el tren. Jugamos a las cartas intentado


 distraerme.  Fijé mi atención en mi vagón al fondo, y decidí cambiar a otro   hacer trucos de magia con ellas. Yo le enseñé los que me sabía y él, en


 vagón. Cuando entré en el vagón número ocho, vi que era exactamente igual   cambio, me enseñó unos trabalenguas. Por un rato, nos olvidamos de la


 y que estaba lleno de mujeres y niños con la misma sensación de tristeza   tristeza que sentíamos.

 que yo. Me di cuenta de que ir allí no había sido una buena idea.


                           En poco tiempo llegamos a Chelm (Polonia) donde nos dieron algo de comida


 Decidí darle una oportunidad al vagón 7.  Allí descubrí que había un niño   y donde hicimos una pequeña parada para poder salir. La verdad es que me


 como yo, con su madre y su hermano, triste y aburrido. Decidí acercarme   encantó el vaso de leche caliente con galletas que nos tomamos. Teníamos


 a él e intentar por lo menos hacerme su amigo.    que coger fuerzas ya que había diecisiete horas hasta Duisburgo (Alemania),


                           la siguiente parada.

 - Hola ¿Cómo te llamas? – le pregunté al niño con una tímida sonrisa.


                           Fedor y yo nos contamos cómo eran nuestras vidas antes, para saber más


 - Me llamo Fedor y tengo doce años – me dijo mientras  se secaba las   uno del otro. Le conté que yo vivía en Kiev, en un piso con cuatro plantas


 lágrimas.                 y un patio interior, en un barrio tranquilo al lado de un pequeño campo de

                           fútbol, a las afueras de la ciudad. Él me contó que vivía en Járkov en una


 - Yo también tengo doce años y me llamo Andriy - le respondí.    casa amarilla de dos pisos, con patio y jardín. También hablamos de más


                           cosas de nuestra vida, a qué colegio íbamos, cuál era nuestro libro favorito…


 Vi que se le alegraba la cara y que se animaba un poco.


                           Cuando quedaban dos horas para llegar a Duisburgo me fui a mi vagón, con

 - ¿Quieres que juguemos a algo? Así nos animamos. - le pregunté.    mi madre y mi hermana, para acompañarlas un rato. Miré en mi mochila y…











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