Page 200 - I Concurso literario Miguel delibes
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1 Certamen
Literatura Infantil
Miguel Delibes
- Mamá, ¿estás segura de que me has metido en la mochila el bañador rojo? Las cuatro se fijaron en un nuevo viajero. Era un hombre muy alto, moreno
y con una barba desaliñada. Iba cubierto de pies a cabeza con una capa
Irene, ¿llevas el móvil cargado? El mío tiene poca batería. que resultaba extraña en el verano que comenzaba. Él volvió la cabeza y se
percató de que le estaban mirando, sorprendidas se tiraron las cuatro hacia
Apenas escuchaba sus respuestas y ella seguía moviéndose de un lado a otro atrás, hundiéndose en el asiento.
del andén.
- Nos ha visto -dijeron.
Irene estaba impaciente por empezar el viaje y despedirse ya de sus padres.
- Tiene la cara más arrugada que una uva pasa, susurró Irene.
- Podéis iros ya, no os preocupéis.
- A mí me da miedo- contestó Mónica, bajando tanto la voz que apenas
- Ya, ya nos vamos, estáis deseando quedaros solas- le dijo riendo su madre. pudieron escucharla - me recuerda al profesor de lengua que suspendió a mi
hermano el año pasado.
El tren llegó y rápidamente buscaron el vagón número 3 en el que tenían sus
plazas. Subieron las cuatro después de despedirse de sus madres con un beso - Podemos llamarle Sauron- sugirió Laura.
y un abrazo rápidos. Los padres también subieron, colocaron las mochilas en
los portaequipajes y las dejaron en sus asientos. Se bajaron rápidamente por Y enseguida se pusieron de acuerdo, aceptando la idea.
si el tren salía. Las cuatro amigas pegaron su cara a la ventanilla y agitaron
sus manos diciendo adiós con enormes sonrisas. Entre tanto, el tren se puso de nuevo en marcha camino a Palencia, Sauron
deambulaba por el pasillo buscando su sitio. Finalmente lo encontró, su plaza
Por fin el tren se puso en marcha, el paisaje se sucedía a toda velocidad, estaba a la derecha de sus asientos. Ninguna se atrevía a mirarlo de nuevo,
primero los viñedos, a continuación, los campos de frutales, y por fin disimulaban hablando entre ellas a un volumen demasiado alto, o riéndose
llegaron al primer pueblo grande, Venta de Baños, allí el tren se detuvo de tonterías.
únicamente el tiempo necesario para que bajaran y subieran los pasajeros.
- Mira ese río, ¿cuál será?- preguntó Laura.
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