Page 193 - I Concurso literario Miguel delibes
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1 Certamen
Literatura Infantil
Miguel Delibes
Abandonamos todo aquello por lo que mi familia había luchado y trabajado en coche. No pudimos hacer nada. Todo completo y atascos interminables.
con mucho esfuerzo, para que mi hermana y yo tuviéramos una vida mejor.
Dejé atrás también lo más importante: mi padre; él ahora está en el Sólo nos quedaba recurrir a un tren que salía de Leópolis hasta ni más ni
ejército luchando en la guerra. Siento que quizá no lo vuelva a ver y cada menos que a ¡España!
vez que pienso en ello no puedo parar de llorar.
Unos días después, antes de que nos fuéramos, anunciaron que los hombres en
Mis amigos… trataré de contactar con ellos de alguna manera. Pero al igual edad militar iban a ser reclutados para el ejército y me puse muy triste. Ya
que yo, han viajado también a otros países huyendo de la guerra. nada podía ser peor; mi vida se había arruinado por completo y, para colmo,
estaban destrozando nuestra ciudad con un montón de tanques y bombas.
Miro por la ventana otra vez y me imagino otra vida distinta en España,
que es el país hacia el que viajamos. Mi madre nos llevó a la oficina de la policía para hacernos el pasaporte a mi
hermana Anna y a mí. Unas horas después cogimos el primer tren para ir a
Cierro los ojos, tratando de dormir, y recuerdo cómo empezó todo… Leópolis. Estuve llorando por el camino, ya que había dejado todo atrás y
ya echaba mucho de menos a mi padre. Tendríamos que empezar de cero,
- ¡Mira mamá!, ¡En las noticias dicen que vamos a entrar en guerra con sin casa, sin amigos, sin saber el idioma y en un centro de acogida, aunque,
Rusia! ¡En el colegio no se habla de otra cosa! – dije a mi madre. eso mejor que quedarme en la guerra.
- No mires tanto las noticias, que lo que tenga que ser será. Ya veremos Después de siete horas, al fin llegamos a las 20:00 a Leópolis y como no
qué es lo que pasa…- dijo mi madre. teníamos casa allí ni reserva de habitación, nos tocó dormir en un callejón,
en la calle y pasamos frío.
Una semana después varias bombas cayeron sobre Járkov, donde mis tíos y
primos fallecieron, porque bombardearon su edificio. Al día siguiente nos despertamos temprano para coger el tren y fuimos
hasta la estación. Había bastante cola, pero después de un rato, mi madre
Mis padres pasaron a la acción y decidieron huir a otro país. Rápidamente consiguió pasar enseñando el pasaporte y, por fin, pudimos subir. Nos tocó
nos pusimos a mirar billetes de avión, algún autocar e incluso valoramos ir en el vagón 10, mi número favorito.
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