Page 34 - I Concurso literario Miguel delibes
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1   Certamen


              Literatura  Infantil


                Miguel Delibes












                              - Ok, gracias.                                                                                                                                                                                                                               - Hacia el vagón número seis. - Muchas gracias.





                              Cuando volvemos a nuestros asientos vemos que mi madre se ha dormido.                                                                                                                                                                        Rayo se había puesto a jugar con otro  perro. Tiramos  de su correa  y

                              Nos ponemos a hablar bajito sobre lo ocurrido:                                                                                                                                                                                               fuimos al siguiente vagón. Entonces, escuchamos unas voces que venían de la




                                                                                                                                                                                                                                                                           cafetería donde acabábamos de estar. Cuando llegamos allí le preguntamos al
                              - Tenemos que investigar lo que está pasando, si ese hombre es peligroso                                                                                                                                                                     camarero qué acababa de ocurrir:


                              podría hacerle algo a Rayo – dice Zoe.



                                                                                                                                                                                                                                                                           - En cuanto os habéis marchado ha entrado el hombre por el que preguntabais.
                              - Tienes razón – comenta Pablo - ¿pero qué hacemos?                                                                                                                                                                                          Se  ha apagado la luz y el perrito de aquel señor se ha desmayado. Cuando



                                                                                                                                                                                                                                                                           ha vuelto la luz el tipo ya no estaba.

                              - De momento no quitarle el ojo de encima a Rayo y no dejarle solo en


                              ningún momento – digo yo.                                                                                                                                                                                                                    - ¡Cómo la otra vez! – dice Zoe.





                              - Propongo que vayamos a dar una vuelta para ver si encontramos a ese                                                                                                                                                                        - Tenemos que tenderle una trampa – digo yo – podemos poner de cebo a Rayo.


                              hombre extraño – dice Zoe – ¡pero juntos! Yo cogeré a Rayo.



                                                                                                                                                                                                                                                                           Zoe y Pablo se miran con cara de no estar muy convencidos, pero luego

                              Cuando pasamos por la cafetería nos compramos unas patatas fritas y unas                                                                                                                                                                     aceptan. Volvemos a nuestro vagón. Mamá sigue frita. Dejamos a Rayo en

                              galletas de perro. Aprovechamos para preguntar al camarero si ha visto a                                                                                                                                                                     el suelo y nos escondemos en los asientos de al lado.


                              un hombre todo de negro con capucha y gafas de sol.


                              El camarero nos contesta:                                                                                                                                                                                                                    Después de un buen rato se escucha un ruido y se apaga la luz. Oímos



                                                                                                                                                                                                                                                                           pasos que se acercan a donde nos encontramos. Se escucha ladrar a Rayo.
                              - He tenido mucho trabajo pero sí  he visto pasar a una persona con gafas                                                                                                                                                                    Se enciende la luz y ¡no hay rastro de él ni de Rayo! Se oye la puerta del


                              oscuras y me ha sorprendido, pero no ha pedido nada…                                                                                                                                                                                         vagón cerrándose y Zoe grita:






                              - ¿Ha visto hacia qué lado del tren ha ido? – pregunta Pablo.                                                                                                                                                                                - ¡Corred!








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