Page 32 - I Concurso literario Miguel delibes
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1   Certamen


              Literatura  Infantil


                Miguel Delibes












                              -              Venga, despiértate que perderemos el tren.                                                                                                                                                                                    Esperamos a que la gente se fuera para poder hablar con ella:






                              Yo pensaba que era mi madre despertándome como de costumbre, pero:                                                                                                                                                                           - ¿Qué le ha ocurrido? – pregunta Zoe.






                              - ¿Pablo? - digo medio embobado.                                                                                                                                                                                                             - ¿Se encuentra usted bien? – dice Pablo.





                              - ¿De que te sorprendes, tío?                                                                                                                                                                                                                - Sí, pero es que había ido al baño y cuando he vuelto mi perrita Lulú


                                                                                                                                                                                                                                                                           estaba desmayada. Me he asustado muchísimo por si le había pasado algo


                              - ¿Qué haces en mi casa a estas horas?                                                                                                                                                                                                       grave. Menos mal que había un veterinario en el tren. Me ha dicho que se

                                                                                                                                                                                                                                                                           pondrá bien en unos días pero no sabemos qué ha ocurrido…


                              - Mis padres me dejaron aquí temprano.


                                                                                                                                                                                                                                                                           En ese momento se acerca un señor:


                              - Vaya que si temprano – aparece Zoe por la puerta – a mí también me


                              ha despertado.                                                                                                                                                                                                                               - Lamento interrumpir pero cuando usted fue al baño he visto a un hombre

                                                                                                                                                                                                                                                                           vestido de negro y con capucha que se acercó a su perrita. En ese momento


                              Mi madre nos estaba esperando con todo preparado así que cogimos  un                                                                                                                                                                         se apagaron las luces del vagón, como si hubiéramos entrado en un túnel.


                              autobús y llegamos a la estación a tiempo de coger nuestro tren a París.                                                                                                                                                                     Cuando estaba todo oscuro oí a la perrita quejarse y pensé que se habría


                                                                                                                                                                                                                                                                           asustado con la oscuridad.

                              Todo iba tranquilo en el tren hasta que, de repente, se escuchó un grito:

                                                                                                                                                                                                                                                                           - ¿Vio la cara del hombre? – pregunté yo.



                              - ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

                                                                                                                                                                                                                                                                           - No, llevaba gafas oscuras. Me extraño que fuera con gafas de sol dentro



                              En ese momento nuestra madre había ido a por un café, así que cogimos                                                                                                                                                                        del tren, la verdad. Cuando volvió la luz, el hombre ya no estaba. No pude

                              a Rayo y  fuimos rapidísimo a ver qué ocurría. Llegamos al vagón de donde                                                                                                                                                                    ver más, lo siento.


                              venía el grito y vimos mucha gente rodeando a una señora.







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