Page 226 - I Concurso literario Miguel delibes
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1   Certamen


              Literatura  Infantil


                Miguel Delibes












                              No, ya no está ahí, ahora está en el asiento de siempre, a contramarcha                                                                                                                                                                      Va pasando el tiempo, el paisaje  sube y baja, pero cada vez hay menos


                              para ver las puertas y quién sube y quién baja. Ahora tiene la mirada perdida,                                                                                                                                                               personas. Vamos a llegar a la última parada y aún no he hecho nada de nada.


                              los ojos llorosos y se quema la mano. Nadie sabe a dónde va, cuándo vuelve,                                                                                                                                                                  Sólo he mirado. En el cuaderno sólo hay una frase. He tirado tres horas


                              ni qué hace siempre en el mismo tren. ¿Esperará a alguien?,¿irá a trabajar                                                                                                                                                                   de mi vida en ir a algún sitio para nada. Me reconcome la frustración. No

                              o de visita? ¿quién es y cuántos años tiene?,¿por ir siempre en el mismo                                                                                                                                                                     aguanto más, me levanto y me quedo de pie delante de mi mar de dudas


                              tren le harán un bono descuento? Nadie sabe si se baja en la última parada                                                                                                                                                                   y le digo ¿quién eres?, ¿por favor, dímelo! Se le pone la cara blanca y me


                              o si se baja en alguna otra. Pero toda esta incertidumbre sobre esta curiosa                                                                                                                                                                 asusto. De repente grita ¿Eres tú, Inés! Se quita las gafas, se frota los


                              persona se va a acabar hoy porque yo me voy a encargar de averiguarlo todo.                                                                                                                                                                  ojos y se las vuelve a poner. Estoy asustadísima, parece que sabe más de

                                                                                                                                                                                                                                                                           mí que yo de ella y  no ha intentado averiguar nada de mí, como hecho


                              Lo primero que quiero hacer es aclarar todas estas preguntas porque, ¿cómo                                                                                                                                                                   yo. El conductor oye los gritos y viene cojeando, pero, para mi sorpresa,


                              se puede saber tanto y nada a la vez sobre una misma persona? Pero tengo                                                                                                                                                                     en vez de preguntar si todo está bien o algo, él también grita ¿es cierto?


                              un problema y es que no sé cómo voy a encontrar respuestas si no sé cómo                                                                                                                                                                     ¡Inés! Y toda mi vida pasa ante mis ojos. Las maravillosas tardes en casa de


                              hacer  las  preguntas, es decir,  ¿qué  hago? ¿me siento  cerca  y observo?,                                                                                                                                                                 los abuelos, los juegos, los pasteles, los concursos… Y también mi séptimo

                              ¿pido permiso para sentarme a su lado y entablo una conversación?, ¿finjo                                                                                                                                                                    cumpleaños y el dolor más fuerte que jamás haya podido sentir. Todos me


                              un accidente para que tenga que ayudarme y acabar hablando? Pero, la gran                                                                                                                                                                    cantaban cumpleaños feliz, los abuelos no venían, mis padres no estaban


                              duda es: ¿de dónde me sale a mí toda esta curiosidad por esta persona, que                                                                                                                                                                   felices y, antes de que fuera a soplar las velas, me llevaron a otro lado y


                              simplemente parece llevar una rutina? No lo sé, pero yo si empiezo algo, lo                                                                                                                                                                  me dieron un paquete. Era un regalo de mis abuelos y tenía una nota, pero

                              acabo, así que vamos a ello. Pensándolo bien, si sigo a esta persona, como                                                                                                                                                                   mis padres no me dejaron leerla. El regalo era un collar, una estrella partida


                              una coincidencia, en todo lo que haga, quizás averigüe algo.                                                                                                                                                                                 a la mitad.






                              Llego puntual al andén, normalmente llego tarde, pero hoy he intentado                                                                                                                                                                       Desde entonces, no me había quitado el collar. Mis padres se agacharon a


                              llegar antes de que se compre el café y lo he conseguido. Es raro porque                                                                                                                                                                     mi altura y me dijeron que los abuelos se habían ido de vacaciones y habían

                              normalmente en los sitios te preguntan qué quieres, te dicen el precio, o, si                                                                                                                                                                tenido un accidente. Lloré, lloré y lloré, incapaz de hablar. Mi único regalo


                              eres cliente habitual, hablan contigo, pero con esta persona no, le ponen el                                                                                                                                                                 de cumpleaños fue una marca de dolor incurable en el corazón. Pero ahora


                              café y se sabe el precio, nadie dice nada. Es raro, y lo anoto en un cuaderno.                                                                                                                                                               los abuelos estaban allí, conmigo… Y sentí que la alegría curaba el dolor,







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