Page 224 - I Concurso literario Miguel delibes
P. 224

1   Certamen


              Literatura  Infantil


                Miguel Delibes


















                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Un día cualquiera









                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         Lola Merlo Ortiz - IES Emilio Ferrari











                                                                                                                                                                                                                                                                          Como cada mañana, estaba ahí, con sus gafas brillando al reflejo del sol, con


                                                                                                                                                                                                                                                                          su pelo rubio alborotado por el aire de la primera hora de la mañana, con una

                                                                                                                                                                                                                                                                          sudadera larga y unos pantalones negros y con un maletín en la mano derecha.






                                                                                                                                                                                                                                                                          Como cada mañana, estaba ahí, con esa cara que te produce incertidumbre


                                                                                                                                                                                                                                                                          al no mostrarte nada. No reflejaba alegría, ni tristeza, ni enfado, ni miedo,

                                                                                                                                                                                                                                                                          ni calma, ni la propia incertidumbre.






                                                                                                                                                                                                                                                                          Como cada mañana, estaba ahí, en los bancos de la parada del tren, ahora


                                                                                                                                                                                                                                                                          decorados con espumillón a rebosar, con un café que echa humo a borbotones


                                                                                                                                                                                                                                                                          y que parece no acabarse, probablemente de la cafetería de atrás, también

                                                                                                                  Javier Zorrilla.                                                                                                                                        decorada en exceso.


                                                                                                                Atocha-Cercanias.

                                                                                                                     Acuarela.                                                                                                                                            Como cada mañana, estaba ahí, de pie, enfrente del andén, sin dificultad



                                                                                                                                                                                                                                                                          alguna para no salir volando en dirección contraria a causa de la fuerza del

                                                                                                                                                                                                                                                                          impulso del tren. Pero ya no está ahí, porque es veloz como el viento, como


                                                                                                                                                                                                                                                                          un halcón en picado, como un tren a toda velocidad.






                224                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     225
   219   220   221   222   223   224   225   226   227   228   229