Page 144 - I Concurso literario Miguel delibes
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1   Certamen


              Literatura  Infantil


                Miguel Delibes



















                                                                                                                                                                                                                                                                                                       Una Aventura Submarina








                                                                                                                                                                                                                                                                                                                Carmela Rodríguez Trigueros - CEIP El Peral













                                                                                                                                                                                                                                                                           Hola, me llamo Carmen y cumplí diez años la semana pasada. Mi hermano


                                                                                                                                                                                                                                                                           Nicolás  tiene ya ocho  y se había convencido  de que tenía superpoderes


                                                                                                                                                                                                                                                                           ocultos, pero a todos nos parecía una tontería. De regalo de cumpleaños me

                                                                                                                                                                                                                                                                           regalaron un viaje en tren por el Océano Pacífico, en un túnel submarino.


                                                                                                                                                                                                                                                                           Nicolás estaba aterrado porque creía que se le iba a aparecer un tiburón


                                                                                                                                                                                                                                                                           en medio del tren, pero yo soy más lista y sabía que eso no iba a pasar


                                                                                                                                                                                                                                                                           porque el tren está rodeado de un túnel de cristal. Ahora os contaré lo que


                                                                                                                                                                                                                                                                           realmente sucedió.




                                                                                                                                                                                                                                                                           Era un día soleado de primavera cuando cogimos el taxi hasta el aeropuerto.


                                                                                                                                                                                                                                                                           Habíamos preparado las maletas el día anterior, porque el viaje era de veinte
                                                                                                              Cristina de la Hoz.

                                                                                                               El Trascantábrico.                                                                                                                                          horas y no nos queríamos retrasar. Para llegar a nuestro destino tuvimos


                                                                                                                      Acrílico.                                                                                                                                            que volar de España a Londres y después a Singapur para llegar a Sídney.




                                                                                                                                                                                                                                                                           Era la primera vez que yo montaba en avión, y me encantó el burbujeo que


                                                                                                                                                                                                                                                                           se sentía en el estómago al despegar. Sin embargo, mi padre se ponía verde

                                                                                                                                                                                                                                                                           cada vez que esto sucedía y se iba corriendo al baño. En el último vuelo


                                                                                                                                                                                                                                                                           había como azafata una mujer gruñona que ponía muecas de asco cada vez


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