Page 110 - I Concurso literario Miguel delibes
P. 110

1   Certamen


              Literatura  Infantil


                Miguel Delibes












                              Los bandidos se dieron cuenta y empezaron a correr por los vagones, Luso                                                                                                                                                                     Rápidamente se escondieron detrás de cajas que había. El abuelo de Luso


                              iba delante, pero tropezó y cayó al suelo. Su abuelo lo ayudó a subir y de                                                                                                                                                                   le indico que no se moviera y poco a poco entre la oscuridad del vagón el


                              repente dejaron de ver a los bandidos. Debían tener mucho cuidado y revisar                                                                                                                                                                  abuelo empezó acercarse a la bandida.


                              todos los vagones.


                                                                                                                                                                                                                                                                           Tiró algo para distraerla y cayó en la trampa. El abuelo la golpeó en la cabeza

                              Había gente por todos los vagones, en el tercer vagón vieron a Bribón quien                                                                                                                                                                  otra vez con una rapidez que ni se dio cuenta Romea. Cuando despertó se


                              intentó golpear al abuelo de Luso, pero éste lo esquivó y lo tiró al suelo.                                                                                                                                                                  vio esposada y en frente a Luso y su abuelo, junto con la bolsa de monedas


                              En un abrir y cerrar de ojos el abuelo de Luso le puso unas esposas. Su                                                                                                                                                                      de oro y plata, ambos con una sonrisa.

                              abuelo interrogo a Bribón, pero no hablaba no decía donde se encontraba su


                              compañera con el botín.                                                                                                                                                                                                                      En la siguiente estación bajaron con los bandidos y la bolsa de monedas. En


                                                                                                                                                                                                                                                                           la parada estaba esperando el sheriff del pueblo que les metió en la prisión.


                              Siguieron buscando por los vagones de los pasajeros, pero no tuvieron suerte.


                              Tendrían que buscar por los vagones de mercancías. Alguno de ellos llevaban                                                                                                                                                                  Luso y su abuelo volvieron a Rastrojo en tren. Este viaje fue más tranquilo y


                              animales peligrosos y tenían que subir por encima, con mucho cuidado en los                                                                                                                                                                  Luso por fin le pudo dar la nueva pistola y la tarta que le había preparado.

                              túneles, ya que era un paraje con muchas montañas.






                              Después de pasar por unos cuantos vagones escucharon  un  ruido en  el


                              penúltimo vagón, tenía que ser Romea. Desde arriba el abuelo de Luso vio

                              que se escondía en unas cajas grandes que estaban al fondo del vagón. Ambos


                              bajaron del techo y con cuidado entraron. Pero de repente se empezaron a


                              oír como pasaban cerca las balas.






                              ¡BANG, BANG!














                 110                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      111
   105   106   107   108   109   110   111   112   113   114   115