Page 9 - Catálogo Caminos de Hierro - 1 Edición
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Entre el fotógrafo y el cinematógrafo
por Santiago Amón
¡Son los trenes, de acuerdo con el verso manriqueño, lla. Y uno de ellos (Claude Monet) hasta probó un titá
como «ríos que van a dar a la mar, que es el morir»? nico pulso o parangón entre la estación recién
En p·uro argot ferroviario, los trenes «nacen» y «mueren» inaugurada y la mismísima catedral de Rouen.
tras haber consumado su aventura en sentido «ascen La historia, sin embargo, venía de un poco antes. La
dente » y «descendente». Acorde con la liturgia del historia del nuevo mundo al buen aire de la locomoto
andén, resuena (re5onaba) la voz del jefe de estación ra había sido tramada, años atrás, por un pintor británi
en estos términos más o menos literales: ,<Tren rápido, co. ¡Sus señas? Joseph Mallord William Turner, nacido
ascendente, procedente de Gijón, muere en Medina del en Maiden Lane, Covent Carden, en 1715, y muerto en
Campo». O bien: ,<Tren expreso, descendente, proceden 1851. ¡Su ejercicio? Adueñarse del alma de la bruma,
te de Alcázar de San Juan, muere en Algeciras». Y el del espíritu de la niebla, y expandir a la redonda su alu
tren va y viene a impulso de sí mismo, en alas de su vión apenas perceptible. Canales venecianos y bahías
propia «formación» (voz no menos ritual en el universo del Norte supieron de sus artes, y miles de bajeles di
ferroviario), a remolque de su propia largueza. ¡Movi vulgaron su fama. Y un buen día adivinó nuestro artis
miento sobre el movimiento? Conforme es trasladado ta que, tierra adentro, cruzaba el páramo un navío sobre
a favor del raíl, puede el viajero trasladarse por el inter ruedas .. . y de él vino a nacer en la pintura la primera
minable pasillo que constituye el engranaje mismo del locomotora entre celajes y bocanadas de humo. ¡Vapor
trayecto. ¡Lo móvil, digo, dentro de lo móvil? El proble sobre vapor surcando y diluyendo campiñas como
ma de lo que se mueve dentro de lo que se mueve (que mares!
tantos quebraderos de cabeza nos costó en los años es El resto del relato hasta nosotros (después de Turner,
colares) se resuelve a las mil maravillas en el recorrido los fotógrafos y los impresionistas) grato y fácil es el re
que el viajero hace o puede hacer sobre el propio re cuerdo. «Futuristas» se llamaron sus grandes impulso
corrido. res. La pasión por la máquina, el cántico al motor, al
Invento portentoso fue el del ferrocarril, con toda la. engranaje en pleno y feroz dinamismo, desplazaron de
sacralidad que Federico García Larca le atribuye (equi su trono a la Victoria de Samotracia. La fiebre del vérti
parable sólo a la del fogonazo del magnesio) y pone go sacudió a toda Europa. No otra fiebre ni otro latido
en manos taumatúrgicas de San Lázaro. « D espués de que los que hicieron conmoverse a una América en per
resucitar, inventó las estaciones de ferrocarril», escribe petuo litigio entre la empresa del ferrocarril y la comu
el poeta granadino en su peregrina biografía de quien nidad de ganaderos ... cuando el berrido del tren, en per
se puso a andar, por decisión divina, luego de muerto. petua sucesión de sí mismo, llegaba a confundirse con
Lo uno, a fin de cuentas (junto con la neblina del car el bramar del rebaño en desbandada, y la campana de
bón y un vapor como de incienso), es estrictamente in la locomotora remedaba el son de la que a los santos
separable de lo otro. ¡Todos, todos, los fotógrafos del oficios convocaba en la iglesia rural.
mundo retrataron la ceremonia! ¡Placas y placas de mag Valga, en fin, este largo paréntesis de resumen histó
nesio pestañearon por los andenes el día mismo en que rico y de prefacio a la poética y la plástica del tren. Son
fue oficialmente inaugurada en París la estación de San sólo datos someros para pergeñar la semblanza y la es
Lázaro! Premonitor de la locomotora y de la estación tampa fotográfica del ferrocarril, de la locomotora, con
a él dedicada en la ciudad del Sena, nuestro buen santo el suma y sigue de vagones (de «unidades», de acuerdo
«tuvo predilección -agrega García Lorca- por el silen con la liturgia ferroviaria) que el furgón de cola despi
cio de otra órbita y se agachaba lleno de terror siempre de con un guiño de fuego. Una simple introducción de
que pasaba bajo un arco». alcance exclusivamente plástico o tal vez una media
¡ E l signo de una nueva liturgia? Todo, todo fue como ción entre el fotógrafo y el cinematógrafo con la inevi
profecía o himno desenfadado al advenimiento de una table e impertérrita conminación de John Wayne al fi
nueva concepción arquitectónica en la que el ornamen del ísi mo representante del ferrocarri 1, más la angustia
to sagrado abandonaba el incienso catedralicio y venía serenísima de un Gary Cooper «solo ante el peligro» (un
a bañarse en el humo de las locomotoras. Allí, al am peligro dramáticamente cronometrado por el reloj de
paro del progreso decimonónico (y al lado mismo de la estación), las hazañas de Buster Keaton, intrépido ma
los hombres de la placa y el fogonazo de magnesio), quinista de «La General» . . . , y el iry venir de la misterio
allí, en los andenes de la estación de San Lázaro, se ha sa Marlene Dietrich por el pasillo del «Shanghai
llaba la plana mayor del «Impresionismo». Todos los pin Express».
tores del grupo pugnaban por trasladar al lienzo, punto Nace y muere el tren en puntos neurálgicos, de nom
por punto cromático, la sesión inaugural. Todos se es bre compuesto y clara resonancia, que los niños canta
forzaban en llevar al caballete, coma por coma multi ban en la escuela con el de los de los ríos y sus afluen
color, el tacto indeleble de la neblina y de la carboni- tes: Venta de Baños, Medina del Campo, Alcázar de San
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