Page 23 - I Concurso literario Miguel delibes
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1 Certamen
Literatura Infantil
Miguel Delibes
Mi taparrabos desapareció y de repente mi cuerpo estaba cubierto con una La verdad es que siempre quise ver en persona una carrera de cuádrigas pero
túnica blanca y tenía una corona de laurel sobre mi cabeza, y a lo lejos vi… nunca imaginé que sería dentro de un… ¿tren? En aquel momento decidí
¿el Partenón? ¿Qué había pasado? ¿Estaba en Atenas?. sentarme y allí estaba yo, sentado en la grada de cemento, muy incómoda
por cierto y, presencié una épica carrera de cuádrigas. Al terminar la carrera
¡Madre mía!. Había gente corriendo por lo que parecían las calles de una decidí ir a ver el Vaticano, ya que tenía entendido que quedaba por allí
pista de atletismo, en seguida me di cuenta de que… estaba presenciando las cerca. Pero lógicamente no lo encontré ya que quedaban unos años todavía
primeras olimpiadas en el año 1896… me rasqué la cabeza, se suponía que hasta que se construyera.
yo estaba en la Navidad del año 2022 camino a la tierra de mis abuelos
para comer con ellos las uvas y empezar el 2023. Paseando por Roma me encontré con unos legionarios que volvían de la batalla
y que, al ver que era un poco raro, corrieron hacia mí para detenerme…
No entendía nada pero me encanta el deporte así que dejé de hacerme yo… quería pasar al siguiente vagón, pero no encontraba la puerta así que
preguntas y disfruté del espectáculo. me metí en unas Termas Romanas para esconderme y… ¿quién me lo iba a
decir a mí? Tras disfrutar la experiencia de darme un baño en una auténtica
Al terminar las competiciones se entregaron las coronas de laurel a los terma romana, al salir, y sin pretenderlo, encontré la salida para pasar al
ganadores y entonces decidí salir de allí. Al cruzar la entrada me di cuenta siguiente vagón.
de que estaba cruzando al vagón siguiente… al mirar hacia los lados vi la
estación de Puebla de Sanabria, pequeñita, de piedra y entrañable, me di Poco a poco me di cuenta de que ese tren… no era un tren normal, era el
cuenta de que, aunque todo parecía un sueño, iba en la dirección adecuada. tren del tiempo, ¡de la historia! En cada vagón había un momento diferente
de la historia, era un viaje real en la línea del tiempo, ¡menuda suerte! No
Como iba diciendo, al cruzar al siguiente vagón, llevaba una nueva túnica, ya sólo iba a ver a mis abuelos, sino que estaba viviendo el que seguramente
no era griega, ahora era romana, y de repente me encontraba allí, frente iba a ser el viaje más divertido de mi vida. Estaba muy intrigado pensando
al emperador Julio César y… no me quedó más remedio que decir… “Ave quién me esperaba en el siguiente vagón así que crucé y…
César”. Seguía sin entender nada, yo sólo quería ir a pasar la Navidad a casa
de mis abuelos… En mis pies unas babuchas, pantalón de gala tipo bombacho con una especie
de leotardos debajo, camisa abullonada y un sombrero con una gran pluma.
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