Page 25 - I Concurso literario Miguel delibes
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1   Certamen


 Literatura  Infantil


 Miguel Delibes












 Me agaché, pues veía a lo lejos a quien podría ser un rey… al acercarme   Meninas, no  pude  resistir  preguntarle…  “disculpe  señor Velázquez, ¿qué


 escuché el nombre de Colón y en seguida me di cuenta de que estaba en   consejo me daría usted para dibujar y pintar mejor?” Y no, no os voy a


 presencia de Isabel y Fernando: ¡Los  Reyes  Católicos!  Colón estaba  allí   contar el consejo que me dio. Me quería quedar a ver como terminaba las


 pidiendo una cantidad enorme de maravedíes para su viaje a América. Madre   Meninas, pero al mirar por la ventana vi el Puente de Rande entonces me

 mía, ¡menudo momento histórico que estaba presenciando! En aquel instante   di cuenta de que, si quería terminar de ver todo el tren, debía cambiar de


 pensé… cuando llegue a casa de mis abuelos y les cuente todo esto… seguro   vagón. Pase al siguiente vagón y… entonces…


 que no me creen… La verdad es que no sabía si seguir o quedarme en ese


 vagón. Por un lado aquello estaba interesante pero me comía la curiosidad   Al abrir la puerta vi a… ¡Napoleón! Madre mía, ya estaba en… ¡la Edad

 de saber qué encontraría en el siguiente vagón así que decidí seguir hacia   Contemporánea! Me toqué la cabeza y tenía un bicornio, sí, sí amigos, un


 adelante, además… me pareció leer Orense al mirar por la ventana, debía   gorro como el de Napoleón, ¿acaso formaba yo parte del ejército francés? La


 apresurarme pues mi destino estaba cada vez más cerca.   idea no me gustó mucho así que decidí cruzar corriendo aquel vagón evitando


                           el fuego cruzado. En aquel momento, el tren atravesaba una gran curva y,


 Crucé la puerta del vagón, pero ahora Cristóbal Colón ya había descubierto   me di cuenta de que la locomotora era una máquina de vapor, gran invento

 América pues me encontraba en el Siglo de Oro, ¡menudo vagón!.   de ese momento histórico… Cuando yo me subí al tren, era un AVANT, el


                           tren que cojo siempre que voy a casa de mis abuelos… menudo viaje… estaba


 Aparentemente era un vagón normal, pues por fin encontraba un vagón con   nervioso, alterado y emocionado, pero también con ganas de llegar a casa


 asientos, algo rústicos, de madera, con terciopelo rojo que mullía los asientos   para descansar, abrazar a mi abuelo, al que yo llamo Barbas, y sentirme

 y reposabrazos. Pero aquellos pasajeros… no eran ni como tú que me lees   seguro… Y como el tren era más que mágico, mi deseo se hizo realidad.


 ahora, ni como yo, un niño de 10 años, eran personas como Garcilaso de la


 Vega y Calderón de la Barca, ambos escribiendo pluma en mano, el primero   Al cruzar al siguiente vagón, estaba en ese vagón en el que siempre había


 rimando versos para sus poemas y el  segundo  comenzando a escribir El   viajado… asientos azules, con una banda burdeos y blanca en la parte del


 alcalde de Zalamea.       reposacabezas. Pero de repente… allí había un señor con sombrero, parecido

                           a un ilustre del Siglo de Oro y pensé… ¡oh no! Pensé que había retrocedido


 Más adelante, vi pintura en el suelo y cerré los ojos deseando verle a él,   y volvía a estar en uno de esos vagones de la historia pero… ¡no!


 pues me gusta mucho y, efectivamente, ahí estaba Velázquez pintando Las







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