Page 54 - I Concurso literario Miguel delibes
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1   Certamen


              Literatura  Infantil


                Miguel Delibes












                              Nos faltaba poco para llegar a París, el tren viaja muy rápido y es muy                                                                                                                                                                      - Vale, es arriesgado, la cabalgata es casi de noche y volar de noche en


                              cómodo. Nos pusieron una peli de acción, donde unos malos secuestraban a                                                                                                                                                                     avioneta es peligroso, pero lo haremos.


                              una chica y el héroe de la peli la salvaba.


                                                                                                                                                                                                                                                                           En las pantallas del tren, anunciaron que quedaban dos minutos para

                              Samu me hizo una seña para que me acercase a él y en voz muy baja me                                                                                                                                                                         llegar a la estación de París. Nos colocamos en el pasillo para salir, sin que


                              dijo: - Creo que ya sé cómo vamos a esparcir la vacuna para que llegue a                                                                                                                                                                     pareciera que teníamos prisa para no llamar la atención. Había más policías


                              todos los niños. -                                                                                                                                                                                                                           falsos en el tren de los que habíamos visto en un principio. Un movimiento


                                                                                                                                                                                                                                                                           en falso y podíamos ser secuestrados por aquellos impostores.

                              - A ver, cuéntamelo - le dije.


                                                                                                                                                                                                                                                                           El tren  paró muy  suavemente  y  nos bajamos en  fila, despacio.  Cogimos


                              - Llegamos a París hoy, y es 5 de enero.                                                                                                                                                                                                     un taxi y Samu le indicó la dirección del aeropuerto donde Juanito tenía


                                                                                                                                                                                                                                                                           sus avionetas. A lo largo del camino llamamos por teléfono a Juanito y


                              - ¿Y? - le pregunte.                                                                                                                                                                                                                         quedamos con él.





                              - Es la cabalgata de los Reyes Magos, todos los niños, padres y mayores                                                                                                                                                                      Había  poco tiempo, la  hora  se  acercaba. Juanito nos  llenó una avioneta


                              estarán en la calle.                                                                                                                                                                                                                         de combustible, y nos esperó con ella arrancada. Casi no hubo tiempo de


                                                                                                                                                                                                                                                                           saludarle, me subía a ella, era idéntica a la mía y por suerte no me tuvo

                              - Si, ¿y?                                                                                                                                                                                                                                    que explicar nada.






                              -Tengo un primo sevillano, Juanito, que tiene avionetas y tú me has                                                                                                                                                                          Justo cuando comenzamos a coger carrerilla para despegar, un coche entro en


                              contado que sabes pilotar, ¿no? - - Siii -, afirmé, - te lo he contado ya.                                                                                                                                                                   la pista de despegue, era Robespierre, nos había encontrado y quería impedir


                                                                                                                                                                                                                                                                           el despegue. Puse la máquina a toda velocidad, huyendo de los disparos que


                              - Vale, pues tú pilotarás  y yo  esparciré  la vacuna por el aire y todos                                                                                                                                                                    salían del coche y que casi casi nos rozaron la avioneta y conseguí despegar.


                              quedarán inmunizados contra el hechizo de Robespierre. Pablo, necesito tu


                              ayuda, el mundo necesita tu ayuda.                                                                                                                                                                                                           - ¡¡¡Bien hecho Pablo!!! -, gritó Samu.






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